Voz en off

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Voz en off

Alguien escribe desde niña y para no exponerse ante el mundo adulto, primero inventa un alfabeto propio, y después arranca las hojas de un cuaderno y las entierra en frascos, como hacía uno de sus abuelos con los vinos; según él, el tiempo los volvía mejores.

Alguien escribe valiéndose de la lectura que, convertida en agujeros, ventanas, túneles, poros, puentes o abismos, invita a perderse, para encontrar infinidad de cosas.

Alguien observa todo alrededor, sin perder detalle, cada uno de ellos habla por sí mismo, y en conjunto, convierten al mundo e inspiran.

Alguien sueña que crecían plantas y después flores que empezaban a revelar todo eso que estaba bajo tierra; y al despertar, dejó el jardín lleno de pozos en busca de los frascos. No logró recuperar todos, eran tantos que había perdido registro de la ubicación exacta de cada uno.

Alguien descubre que esas otras voces que le contaban la historia de los entre líneas y lo no escrito, se convertirían en una herramienta de su propia escritura.

Voz en off, o voz superpuesta se llama a la técnica de producción que reproduce la voz de un individuo que no es visible para el espectador.

Voz en off es un título preciso para un conjunto de dieciocho cuentos, breves en su extensión, pero de una brevedad condensada; algunos de ellos, más que otros, que cuentan historias diversas, con mucha visualidad.

Corina Vanda Materazzi es Licenciada en Historia de la Universidad de Buenos Aires, y Diseñadora de interiores, pero ninguna de esas actividades se quedó con su empeño. La pasión está puesta en la literatura y si primero probó con la poesía, editando en 2015, su primer libro titulado Huellas (Editorial Utopías), ahora fue por más.

De su quehacer y el de su entorno, fue tomando distintas herramientas que le sirven para contar lo que ella llama el reverso de las cosas, el lado más rugoso, menos cuidado, donde se mueve con solvencia.

El dorso es un territorio con más relieve. El revés me resulta más áspero y quizás por eso me seduce, ese lugar en la tela donde se ven las costuras, donde están los poros, las hilachas cuelgan, donde somos más opacos.”

Curiosa opacidad la de los relatos de Materazzi, que cobra brillo.

“No sueño a lo grande porque miro el mundo desde un ojo de buey”, dice ella.


El epígrafe de Clarice Lispector nos anticipa lo que vendrá, Materazzi se mueve con comodidad en lo no dicho, ella va por allí, explora, intenta, pule, y nos hace pensar en lo incómodo como parte de la vida, que no es ajeno a nadie y que está allí, aunque pretendamos ignorarlo.

Listas incómodas y madres asesinas; sobre la arena del circo, orfandad, ausencia, muerte, abandono, vejez, decrepitud; todos culpables, sospechosos, náufragos, suicidas.

La voz en off que incomoda, que dice lo que se calla y lo que no se quiere oír.

Me detengo un momento en esa idea, miro el ejemplar de la editorial con nombre de canción, busco en you tube la canción y suena en la voz de Ana Belén y después en la más cascada de Joaquín Sabina.

“Y cómo huir

cuando no quedan

islas para naufragar

al país

donde los sabios se retiran

del agravio de buscar

labios que sacan de quicio,

mentiras que ganan juicios

tan sumarios que envilecen

el cristal de los acuarios

de los peces de ciudad

Que mordieron el anzuelo,

que bucean a ras del suelo,

que no merecen nadar.”


Quizá se trate de no huir más, de rendirse a la pasión, a las ganas, de dejarse contagiar por la confianza de los que creen, los que intentan, los que se atreven.

Quizá se trate de empezar a soñar a lo grande y mirar el mundo desde la proa del barco, en vez de asomarse a través de un ojo de buey.

“Con intencionalidad o sin ella, la naturaleza a veces se solidariza con algo de viento, una leve brisa o incluso un humilde aleteo y esa simple chispa se convertirá en fuego.

La llama nos despierta de algún letargo y nos vuelve faustos, poderosos, invencibles, crédulos, casi perpetuos.»

Tampoco es casual el elemento elegido como título de uno de los cuentos. El fuego es el que consigue mantener encendida la llama.


Ediciones

Una edición cuidada la de Voz en off, con un diseño precioso y tarjeta postal incluída. Mi ejemplar es el 35/100, de la primera edición de mayo de 2017, de la Editorial Peces de ciudad, ya les contamos de ella, y  está firmado por Corina que cumple años cada noviembre. Sí, Corina Vanda Materazzi , la escritora, que además es Licenciada en historia y Decoradora de interiores.

"Creamos fuego, forjamos magia y son posibles unas tostadas, un regio asado, hacer señales en busca de auxilio, reunir a los amigos, nutrir a la familia, criar hijos, construir ladrillos, iluminar los senderos, defendernos de los peligros...

El fuego vive para algo o para alguien que le dé sentido aunque no seamos conscientes siempre de su inicio. ”.

Voz en off...

Sandra Patricia Rey
Sandra Patricia Rey
Autora del libro de cuentos Matrioshkas; Pegaso, un libro infantil ilustrado; y de los poemarios No hay más vuelos reales (Editorial En Danza) y Altar doméstico (La Ballesta Magnífica)

3 Comments

  1. Eme dice:

    Es un hermoso libro de cuentos, tremendos cuentos. Muy linda entrada, Sandra.
    Tengo muchas ganas de leer Huellas.
    Abrazo.

    Mirtha

  2. Sandra, exquisita reseña, gracias por abrir otros tuneles, poros, puertas…. vos sos la brisa que permite al fuego crecer! donde consigo «Voz en off» ? Un beso grande, Nicola

    • Sandra Patricia Rey dice:

      Nicola, gracias por el aliento. De todo corazón. Precioso libro que se consigue a través de la editorial, por internet. Y creo que en Espacio Esfera, voy a preguntar.

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