Cualquiera puede hacer críticas literarias

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Cualquiera puede hacer críticas literarias

Ensayo y error, cuando empezamos a proyectar esta ciudad, dijimos que íbamos a hacer reseñas de libros, entendiendo como tal, un repaso de la obra, lo cual incluyera el argumento, el género, pero fundamentalmente el efecto que causó en nosotros, su lectura.

La premisa siguiente era que no nos interesaba hablar de aquellos libros que no nos gustaron ni conmovieron ni deslumbraron ni movieron un pelo. Esos pasaron al autoexilio.

También sabíamos que no nos interesaba la polémica, si entendemos por tal, la que se genera a partir del petardismo de cierto sector que a través de los distintos medios de comunicación, se dedica a presentar pelea, o sea destruir libros (o creer que los destruyen) que tienen un gran número de adeptos, so pretexto de que hay libros que no pueden ser considerados tales; planteando la cuestión en términos de hay buenos o malos libros, según la crítica de los entendidos.

Quiero aclarar entonces y por si hiciera falta a esta altura, a poco que se repasen los títulos reseñados, que estamos lejos del relevamiento de las novedades del mercado, que es lo que más abunda en los blogs, portales, revistas culturales y talleres o reuniones literarias; según pudimos observar.

Así planteado el asunto, estaríamos más cerca del ejercicio de la crítica literaria, desde nuestro humilde lugar de lectores, con muchas horas de lectura y lo que es más importante de vuelo. El de la imaginación, el de descubrir mundos, el de conmovernos, el de sentirnos otros, por un rato o tiempo completo, el de sentir que un libro te puede cambiar la visión de las cosas, salvar o redimir.

Como me sucede muchas veces, me metí en este berenjenal porque vamos a hacerle una entrevista (gracias Jorge Aulicino por señalarme que entrevista es por el significado del término, que supone un encuentro entre personas físicas, aunque el uso le haya dado otro alcance), a José María Brindisi, escritor, director de la revista El ansia, profesor de Casa de Letras.

Y preparándome para la charla con él, con la pasión que ponemos en este sitio, que vamos construyendo, me encuentro con su opinión respecto de las diferencias sustanciales entre las reseñas y la crítica literaria, que incluyen una definición: ”La reseña, en cambio, es algo así como “pasar revista” a la actualidad literaria. Una práctica ligera, sin mayores ambiciones, sin exigencias ni culpas…”.

anton-ego-1Lo cual nos crea un conflicto, porque categorizamos como reseñas, nuestras apreciaciones, pero si algo no somos, es ligeros en la opinión; si algo tenemos es ambiciones, y somos exigentes, sin culpas de tipo alguno (si se trata de literatura).

Aunque esperamos hablar con él de todo este asunto de la crítica literaria, y los que la ejercen, de los tibios y los incendiarios, y los “agudísimos, que todavía venden caro el oficio”, según el escritor, queremos recordar, para ilustrar la verdadera labor de los críticos de verdad, un pasaje de la película Ratatouille, que trajo a Mégara, con su gran sensibilidad y su agudeza, D. PARIS (y no es un juego de palabras). (Quienes somos)

Se trata de la crítica de MR. EGO (¿les suena?).

“En muchos sentidos, la labor de un crítico es sencilla. Arriesgamos muy poco y sin embargo disfrutamos de una posición privilegiada sobre aquellos que ofrecen su trabajo y su persona a nuestro juicio. Prosperamos gracias a la crítica negativa, la cual es fácil de escribir y leer. Sin embargo, la amarga verdad que debemos enfrentar nosotros, los críticos, es que en el gran orden de las cosas la pieza promedio de basura es más significativa que la crítica que la califica de esa forma.

Pero hay ocasiones en que un crítico realmente arriesga algo, y esto ocurre en el descubrimiento y defensa de lo nuevo. El mundo es a menudo cruel con los talentos nuevos, las nuevas creaciones; lo nuevo necesita amigos.

Anoche, yo experimenté algo nuevo, una cena extraordinaria proveniente de una fuente particularmente inesperada. Decir que tanto la comida como su creador han desafiado mis prejuicios acerca de la buena mesa es una grosera moderación. Lo cierto es que me han sacudido en lo más profundo de mí ser.

antonego-2_En el pasado, no he ocultado mi desdén hacía el famoso lema del Chef Gusteau´s: “Cualquiera puede cocinar”. Pero me he dado cuenta que sólo ahora he entendido realmente que es lo que quería decir. No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista puede venir de cualquier parte.

Resulta difícil imaginar orígenes más humildes que los del genio que cocina ahora en Gusteau´s, quien es, en la opinión de este crítico, nada menos que el mejor chef en Francia. Volveré pronto a Gusteau´s, hambriento por más.» (ver)

¿Hace falta decir más?.

Escribo esto después de haberle enviado nuestras preguntas a Clara Obligado, para el reportaje (ella está de vacaciones e igual nos dijo sí).

Recordando su Prólogo Bonsái, de Por favor, sea breve, iré cerrando esta larga digresión sobre la reseña y la crítica literaria. Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Y parafraseando a Anton Ego, diré: “No cualquiera puede convertirse en un gran crítico, pero un gran crítico puede venir de cualquier parte.”

ratatouille-2

Sandra Patricia Rey
Sandra Patricia Rey
Autora del libro de cuentos Matrioshkas; Pegaso, un libro infantil ilustrado; y de los poemarios No hay más vuelos reales (Editorial En Danza) y Altar doméstico (La Ballesta Magnífica)

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