«Con el paso del tiempo se agregaron tres letras a su nombre. Y Julián empezó a llamarse don Julián. Era eso, o abuelo. Y no había nada que él pudiera hacer para evitarlo.»
El mapa imposible está narrado en restrospectiva por Julián, reconstruyendo su infancia y juventud a partir del «cuaderno a rayas». Dicho cuaderno (llamado «Diario de los exploradores») es un registro de sus aventuras junto a sus dos amigos Diego y Lila. A través de sucesivos pasillos estos tres amigos acceden a lugares de una existencia poética, a esos lugares mágicos que existen durante la infancia y a través de los cuales vamos construyendo nuestra personalidad. El mapa es imposible justamente porque no hay forma de cartografiar geografías etéreas. ¡Y sin embargo, qué reales!
«¿Esto es la adolescencia?, nos preguntamos. Diego y yo acordamos en que se trataba de un lugar extraño.»
Liliana Bodoc nos hace visitar regiones de insospechada hondura (metafísica, pero hondura al fin) para una novela calificada de juvenil. ¿Qué es la infancia, qué es la juventud? ¿Dónde una se convierte en la otra? Infancia, juventud, vejez. Amistad y amor. También pérdida, dolor y ausencia. Dios, mentira, casualidad. La autora nos regala un libro plagado de nostalgia; y si hay una virtud que tiene Liliana Bodoc es la de no olvidarse, jamás, que está haciendo literatura. Para chicos, jóvenes o adultos, siempre literatura.
«Sin embargo, aquella misma tarde, los adultos decidieron aceptar que, a veces, el dolor también es un derecho»
2 Comments
xq se llama o a q se debe el nombre a El Mapa Imposible???
Fernando, un mapa imposible porque los protagonistas de este libro maravilloso, acceden a lugares misteriosos a partir de la fantasía. Son espacios desplegados a través del juego que permite que se trasladen del plano real a uno mágico.
Esos lugares explorados a partir de la imaginación van quedando registrados en un cuaderno de bitácora, y esas anotaciones son testimonio vivo del trazado de ese mapa de lugares imposibles.